miércoles, 30 de junio de 2010

LAS SINCRONIZACIONES DE LA VIDA

Articulo publicado en REVISTA LOGORED JULIO 2010

www.logored.blogspot.com

¿Cuántas veces nos encontramos en lugares insólitos con alguien a quien extrañábamos? ¿Cuantas veces estamos escribiendo a alguien y nos llega algo de esa persona? ¿O encontramos una película que relata nuestra situación actual? ¿O una frase que nos brinda una posible respuesta a un problema del cual no encontramos solución?

Entre todos los misterios que tenemos por descubrir, existe uno que siempre me llamo la atención. Sucesos que no encuentran explicación en casualidades o causalidades y que forman parte de la historia mas personal del Dr. Frankl.

Algunos definen la sincronicidad como una coincidencia de dos o más sucesos que resulta significativa y que no están relacionados causalmente. Las sincronizaciones tienen ese valor de ser pequeños eventos, que solo quien los vive puede otorgarle un verdadero significado.

Uno de los primeros en develar este misterio, fue el psiquiatra suizo Carl Jung, quien decía que un evento sincronizado representa “un espejo de un proceso interno de la mente, como la manifestación externa de una transformación interna”. Un claro ejemplo fue con una paciente que relato un sueño sobre un escarabajo dorado. En medio del relato, Jung escucha un pequeño golpeteo y detrás de una ventana descubre un pequeño escarabajo dorado.

Jung también definió a las sincronicidades como “coincidencias con sentido”. A lo que podríamos decir que ese sentido lo descubrimos nosotros mismos.

La sincronicidad implica una simultaneidad que nos puede llevar a intrigarnos por su causa. Sin embargo, también nos apela a descubrir su finalidad. Siguiendo el pensamiento frankleano, al “¿Por qué se dio?”, debemos sumarle “¿Para que se dio?” Apelando a nuestra libertad y responsabilidad de descubrir en esa inoportuna oportunidad una posibilidad para acercarnos a nuestro camino.

Existen múltiples “sincronizaciones” en la vida de Frankl, especialmente en sus historias de amor. Son pequeños grandes eventos como una frase, un llamado inesperado, una película o hasta un comentario de alguien que sin saber lo que nos sucede, nos dice algo que genera en nosotros un impacto difícil de describir.

Esta ocurrencia simultánea de eventos que corresponden a un mismo sentido, sin relación de causa y efecto, puede cuestionarse. El problema seria dejar todo en manos de las sincronicidades de la vida. Pensando que un desencuentro con una persona, puede deberse a una sincronicidad por la cual ese desencuentro “tenia” que darse cayendo en un conformismo debido a un suceso. Pero su sentido lo brinda cada uno y un encuentro no puede deberse solamente a estas sincronizaciones, sino que también debe surgir de nuestra voluntad.

En el mundo de las comunicaciones, a veces nos quedamos incomunicados. ¿Podemos decir que una llamada sin contestar tiene el sentido de que esa llamada no debía contestarse? Como diría Freud: “a veces un puro es simplemente un puro”. Ahí empieza la libertad, en poder confrontar estas sincronizaciones de encuentros y desencuentros con nuestra voluntad.

A veces un desencuentro se da por la falta de voluntad en ese encuentro. A veces un encuentro surge a partir de una sincronización, pero también se da por un acto de nuestra voluntad. En definitiva, lo que esta en juego es nuestra propia libertad…

La sincronización entre dos personas puede llevarlas a encontrarse o desencontrarse. Pero depende de esas personas completar ese encuentro, ocasionarlo y decidirlo. Un encuentro surge de muchos lados, con palabras, con acciones, con miradas, con sincronizaciones… Pero depende de nosotros y de nuestra voluntad definir ese encuentro o no hacerlo.

Frankl habla de la responsabilidad que tiene cada uno en dar respuestas a las preguntas de la vida. Las sincronizaciones a lo mejor sean preguntas que debemos responder con un sentido. No podemos dejarnos llevar tampoco por las “galletas mágicas” que tienen soluciones a las preguntas que no podemos responder. Pero debemos tener en claro que esas respuestas son brindadas desde afuera y nosotros elegimos si hacernos cargo de ellas o no.

A veces esas sincronizaciones aparecen y siguen apareciendo. A lo mejor sea hora de escucharlas o escucharnos. Siguiendo a Jung, vendrían a ser señales que nosotros nos brindamos a nosotros mismos para ver cosas que no vemos. Como cuando pedimos un consejo, que podemos seguirlo o no.

Si las sincronizaciones son como un espejo de nuestras propias vivencias, estos espejos nos confrontan con la búsqueda de cada uno, en el descubrimiento de los valores que nos apelan y por los que decidimos. Las sincronizaciones podría decirse que surgen de nosotros mismos hacia nosotros mismos… Como “señales” que nos guían, como las estrellas guían a los caminantes en la noche. Requiere de conciencia y experiencia. Y seguir a esa estrella no implica un renunciamiento a nuestra libertad, sino que justamente somos nosotros los que decidimos caminar hacia esa estrella o alejarnos de ella.

3 comentarios:

  1. yo tengo siempre esos encuentros al principio pense que era casualidad pero a todos lados en cualquier lugar ,hasta fuera de la ciudad siempre la encontraba y era de vernos mutuamente a los ojos . es raro que si volteaba hay nos vehiamos y nos quedabamos impactados .no la conosco pero haora se lo que es. lo malo es que esta con alguien y va a ser madre hasi que ya se dificulta asercarme y hablar ,pero es algo chido . saludos

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  2. Siempre tengo la sensacion de que a donde voy conozco personas, claro en algunas veces como tengo buena memoria de personas son algunas a las que he tratado, como por ejemplo un taxista; pero otras veces las caras me son familiares y no se de donde y despues me las vuelvo a encontrar pero ahi si ya tenemos un trato directo por alguna causa o circunstancia. Saludos

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  3. Bien, ¿es normal pensar o que se nos venga a la mente alguna persona y en ese mismo instante nos llegue un mensaje de esa persona? Creo que es un tipo de sincronizacion, lo mas raro aun es que no solo a mi me sucede, sino tambien a ella, es el mismo caso, o se nos ocurre ver el teléfono después de horas de no usarlo y bam! aparece un mensaje, como si necesitara hablarle y de momento este allí e igualmente le sucede lo mismo

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