EL MAYOR DE LOS SECRETOS….
El camino del héroe ha sido siempre un tema que me ha llamado mucho la atención. Joseph Campbell, profesor y filósofo estadounidense, dedico su vida intentando comprender a través de la mitología este patrón cultural común. Esta reiterativa coincidencia en los mitos, los cuentos y los sueños de diversas culturas fue su gran impulso como investigador. En uno de sus libros mas conocidos, “El héroe de las mil caras”, pone en manifiesto como existe un mismo camino en las distintas culturas occidentales, orientales, antiguas, modernas. Desde la tradición griega, hasta las culturas aborígenes americanas, pasando por los ritos africanos y por la simbología celta.
Este camino incluye diversos pasos. En palabras de Campbell, “el héroe inicia su aventura desde el mundo de todos los días hacia una región de prodigios sobrenaturales, se enfrenta con fuerzas fabulosas y gana una victoria decisiva; el héroe regresa de su misteriosa aventura con la fuerza de otorgar sus dones a sus hermanos”.
Aunque se pueda decir que la mitología y la simbología, han dejado de existir en nuestra cultura, creo que hay símbolos que nunca mueren, solo permanecen silenciados o escondidos. Pero el alma humana siempre encuentra el camino para conectarse con ellos. A veces de las formas mas impensables. Llama mi atención como ha evolucionado el mensaje que podemos extraer de las películas infantiles desde hace 50 años al día de hoy. Hoy ya no rige “pedir a una estrella todo lo que uno desea” sino justamente “luchar por esa estrella que tanto se desea”. Casi siempre una película nos dirige nuestras miradas hacia nosotros mismos, cuando aceptamos que las sincronizaciones ocurren cuando deben ocurrir, cuando dejamos que ocurran y cuando estamos abiertos a mirarlas.
Quisiera adentrarme en la historia de un mítico héroe de esta nueva era del cine. Su nombre es Po, y es un panda aficionado del Kung Fu. Sin embargo, su destino sugiere ser continuar la labor de su padre como experto en tofu. Mientras tanto, una anciana y sabia tortuga anuncia la llegada de un peligroso guerrero que intentara destruir la paz de la ciudad. Para ello, debe elegirse al Guerrero Dragón digno de recibir la enseñanza oculta en el Rollo del Dragón. Nuestro panda-héroe termina llegando de una manera muy sincronística e inesperada al lugar del torneo y termina siendo elegido como tal. Ante esta revelación, todos sufren una gran decepción. Ya que de los 5 grandes guerreros del pueblo no ha sido elegido ninguno. El guerrero dragón se presenta como un panda sin experiencia y sin habilidad. Pero, no existen los accidentes.
Así se desata una historia llena de sentido y de sabiduría sobre el camino de cada uno, especialmente en la relación entre nuestro protagonista y su maestro. Al principio la tarea de conversión de un panda experto en fideos a un maestro de kung-fu parece imposible. El maestro Shifu no puede comprender la forma de lograr este destino. Primer reto para el maestro: confiar en su alumno.
Seguido a este desafío, sigue la segunda lección para el maestro: la humildad. No todos los alumnos son iguales y no todos aprenden de la misma forma. Para comprender lo que cada alumno necesita, debe dejarse de lado el orgullo de ser un gran maestro para poder comprender lo que el alumno necesita. No existe un solo camino para llegar al final de un camino. Cada uno puede descubrir su propia senda para ascender a una montaña y en esa búsqueda se pasa la vida. Una montaña no se sube por un solo camino. Cada uno asciende como puede y desde el lugar que elige.
En este caso, por mas que se esforzara en realizar las complejas tácticas del kung-fu, Po no podía avanzar en ningún sentido. El maestro aprende a observar y conocer al alumno para poder descubrir sus talentos ocultos y sus habilidades desarrolladas. En este caso, la motivación de Po era la comida. La comida lo alentaba a realizar grandes esfuerzos para conseguir lo que le gustaba de comer. Podía treparse, colgarse, saltar y recorrer caminos intransitados para obtener lo que quería. Hazañas que con su mente no podía realizar. Es el alumno el que le muestra al maestro como realizar el camino de evolución. Podríamos hablar de una retroalimentación circular de aprendizaje. (¿Cuáles son esas cosas que nos mueven a nosotros?)
Sumado a esto empezamos a aprender a dejar de lado las discriminaciones de lo que vemos, por las potencialidades que están dentro nuestro. El Maestro debe a su vez sanar el remordimiento y el enojo de aquel alumno por el cual se vio traicionado. Esta herida profunda se manifiesta en una falta de entusiasmo como maestro. Pero aquí llega un nuevo alumno (y maestro) para acompañarlo a sanar estas viejas heridas.
Para poder acompañar a su nuevo alumno, el maestro recibe una enseñanza muy importante: abandonar la ilusión del control. “Mira este árbol. No puedes hacer que florezca cuando quieras ni que de frutos antes de su temporada”. Se pueden controlar muchas variables, pero “no importa lo que hagas, esa semilla se convertirá en un durazno. Puedes desear un manzano o un naranjo, pero tendrás un durazno”. El control es lo que no nos permite avanzar. El control se propone modificar y moldear, sin dejar ser que sea lo que tenga que ser. O lo que cada uno elija ser. Que importante es considerar que la libertad de cada uno encuentra su propio camino a pesar de todo.
Luego se agregan las tribulaciones del alumno ante las calumnias, las discriminaciones, las burlas y la falta de confianza. Y todas ellas no provienen solamente de afuera, me animaría a decir que las mas fuertes surgen de nosotros mismos. De nuestros propios laberintos y de nuestros propias prisiones. Ante esto, nuestro protagonista se encuentra en la disyuntiva sobre si continuar el camino o seguir el sendero conocido. Ante esta consulta, surgen las sabias palabras:
“¿rendirte o no rendirte? ¿Lo q hice o lo que haré? El ayer es historia, el mañana es un misterio pero el hoy es un obsequio, por eso se llama presente…”
Muchas veces nos detenemos mirando las cosas que nos han pasado, las cosas que nos han lastimado, las cosas que nos han frenado, todas cosas que aunque puedan estar manifestadas en nuestro entorno, son pequeñas grandes partes de nosotros mismos. Y por el otro lado, ¿Qué hacer?¿Como continuar?¿Hacia donde ir?. La logoterapia sugiere ser una psicoterapia centrada en el futuro, sin embargo, creo que la finalidad de esta misión es puramente orientativa. En definitiva, lo que debemos disfrutar no es del punto de llegada sino del viaje. Es el viaje mismo que cada uno realiza lo que se debe disfrutar y comprender. Muchas veces nos encerramos pensando en el futuro y nos olvidamos de lo que tenemos hoy, de nuestros regalos-presentes. Seria un buen ejercicio quedarnos a mirar, donde queramos, cuales son esos regalos-presentes, antes de aventurarnos a mirar nuestro futuro. Solo mirando el hoy, podemos construir el mañana. Y muchas veces las preocupaciones de lo que vendrá, no nos deja ser. Solo agradeciendo el regalo presente podemos abrirnos a recibir uno el día de mañana.
Claro que a veces es muy difícil poder calmar la tempestad de nuestros pensamientos y de nuestras ideas que tanto nos detienen y nos atrofian. “Tu mente es como esta agua amigo. Cuando se agita es difícil ver. Pero si le permites asentarse la respuesta se vuelve clara”.
Finalmente, cuando Po logra alcanzar el rollo del Dragón tan deseado, al descubrir su contenido, ve solo su reflejo. Nadie entiende este significado, solo él. Y eso es TODO! ¿Ese es el gran secreto? Si! Ya que no hay nada mas ahí, que uno mismo. El gran secreto de nuestra felicidad esta en nuestro reflejo, en nosotros mismos. No hay recetas mágicas, ni plantas curativas, ni formulas matemáticas y ficticias, ni libros, ni películas, que nos puedan dar esa confianza para afrontar nuestro camino. Eso reside solo en nosotros.
No hay secreto oculto que todavía no hemos develado, mas que la confianza que todavía no hemos descubierto en nosotros. Nuestros maestros aparecen todos los días. Todos son maestros. Desde la persona que nos contiene todos los días, hasta aquella con la que nos reencontramos luego de mucho tiempo, las personas que hoy ya no están o las personas que aparecen y se van en el mismo día, o la persona encontrada haciendo una compra de comida, o un compañero de trabajo, de estudio, de vida. Y muchas veces es de las maneras menos pensadas, ya que como dice el Maestro en esta mitológica película: “Uno suele encontrar su destino en el sendero que toma para evitarlo”.
El mayor secreto a develar por cada uno, es descubrir esa confianza para saber que uno se merece lo mejor y que cada día se puede crecer en algo. Todos los días podemos construir algo. Y el secreto reside en confiar que eso que vamos construyendo pronto dará sus frutos. Si abandonamos la ilusión de control y dejamos que las semillas crezcan naturalmente. Hasta convertir nuestras debilidades en nuestras fortalezas. En definitiva, si no cambiamos nosotros, no cambiara nuestra situación. Una máxima aplicable al ámbito terapéutico indicada por Albert Einstein: “No esperes resultados diferentes, si haces siempre lo mismo”
Y por ultimo, “No existen los accidentes”. Todo sucede por una razón, desde un encuentro hasta una perdida. Desde un logro hasta un fracaso. Desde una razón hasta una locura. Muchas veces un accidente puede ser una revelación. Y esos accidentes a veces nos descubren esa confianza para seguir creciendo. No hay secretos ni formulas, para ser lo que uno quiere ser… El mayor de los secretos solo puede ser develado mirándonos al espejo.
Modificando algunas de las palabras de Campbell, cada uno es el héroe que inicia su aventura desde el mundo de todos los días hacia una región desconocida, donde debe enfrentarse con distintas fuerzas y regresar de esta misteriosa aventura para ofrecer nuestros dones a nuestros hermanos.
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